La comida esta presente en muchos escenarios de nuestra vida. En celebraciones familiares, reuniones de trabajo, al juntarnos con amigos. Probablemente sea difícil encontrar una situación en que la comida no sea una de las grandes protagonistas.
Comemos cuando queremos celebrar algo, comemos si nos sentimos triste, comemos si estamos enojados, ¡Comemos hasta cuando estamos aburridos!
¿Entonces cada vez que comes es porque tienes hambre?
En este blog, te guiaré para comprender ambas formas de hambre y brindar estrategias para manejarlas de manera saludable.
Aprende a diferenciar el Hambre Real del Hambre Emocional
Hambre Real
- El hambre real es una sensación incomoda que puede incluso causar dolor.
- Lo sentimos en el estomago.
- Va aumentando poco a poco.
- No es una necesidad inmediata.
- No va acompañada de culpa después de comer, ya que entendemos que debíamos comer.
- Cuando la satisfacemos, nos saciamos.

Hambre Emocional
- Se presenta de repente.
- Es una necesidad urgente.
- Nos pide alimentos muy concretos.
- La ingesta es compulsiva: Cuesta mucho parar de comer.
- Suele ir acompañado de sentimiento de culpa.
- La saciedad tarda mucho en comer.
- Si se consigue frenar, suele desaparecer.
- Suele sentirse en el pecho, en la garganta, incluso en la espalda.

Aprende a manejar el Hambre Emocional y el Hambre Real
1.-Practica la conciencia plena: Aprende a reconocer las señales de hambre y diferenciar entre el hambre real y el emocional. Antes de comer, pregúntate si estás realmente hambriento o si estás respondiendo a una emoción.
2.-Identifica los desencadenantes emocionales: Si notas que tiendes a comer emocionalmente, identifica qué emociones o situaciones desencadenan este comportamiento. Busca alternativas saludables para afrontar esas emociones, como practicar la meditación, dar un paseo o hablar con un amigo.

3.-Planifica comidas regulares: Establecer horarios regulares para las comidas principales y las colaciones puede ayudar a evitar que el hambre emocional se descontrole debido a largos periodos sin comer.
4.-Elige alimentos nutritivos: Cuando experimentes hambre real, opta por alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros. Estos alimentos te proporcionarán energía duradera y satisfarán tu hambre real.
5.-No te castigues: Si caes en el patrón del hambre emocional ocasionalmente, no te sientas culpable. Acepta que es parte de la experiencia humana y busca formas saludables de manejar las emociones en el futuro.

Aprender a identificar y manejar el hambre emocional puede ayudarnos a tener una relación más saludable con la comida y mejorar nuestra salud en general. Al practicar la conciencia plena y adoptar hábitos alimenticios equilibrados, podemos satisfacer nuestras necesidades físicas y emocionales de manera saludable y sostenible.
Recuerda que el apoyo de un profesional de la nutrición puede ser valioso para comprender tus patrones alimenticios y crear un plan personalizado para alcanzar tus objetivos de bienestar.